Hay días buenos, en los que no duele nada,
y días malos en los que todo hiere.
Luego hay días imposibles, en los que no sabes si dejará de doler
algún día.
Hay días.
Y noches.
Noches en las que cantas,
noches en las que callas.
Otras desapareces como una estrella fugaz.
Y vuelves. Te vuelves a marchar.
Cruzas,
sin mirar,
esperas
y das la vuelta,
para volver a empezar.
Te empeñas en volver.
Y llegas al final rozando un principio que no acaba.
Otra vez.